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miércoles, 6 de diciembre de 2017

COREA DEL NORTE: La cuenta regresiva ha comenzado

Pese a que su ridícula apariencia le hace parecer una caricatura, Kim Jong-un es en realidad un demente paranoico que sabe lo que hace, a tal punto que amenaza continuamente al mundo con una conflagración de proporciones apocalípticas. Para ello, está decidido a completar el programa nuclear de su país, convencido de que la supervivencia de la última dictadura estalinista del planeta pasa por ingresar en el club de potencias atómicas, lo que le permitiría repeler toda injerencia extranjera. Esa alocada estrategia desquicia a una comunidad internacional que hasta ahora se ha mostrado incapaz de detener los planes de los Kim. La tensión que se vive en estos días es máxima, porque los expertos aseguran que Corea del Norte podría concluir el programa nuclear en menos de un año, tras haberse registrado un espectacular avance en las últimas fechas, como se demostró con la prueba de un potente misil balístico que podría alcanzar cualquier punto de EEUU. Y de ahí que haya llegado el momento de detener a Pyongyang antes de que sea demasiado tarde. El paso del tiempo sólo juega a favor de Kim Jong-un y en contra de los demás, en especial de sus vecinas Corea del Sur y Japón, los países que se verían más afectados ante un hipotético estallido bélico en la zona más crítica del planeta. Ha quedado demostrado hasta el infinito que las sanciones no son suficientes para conjurar este peligro que se yergue sobre nuestras cabezas, por lo que no queda otra opción que la guerra para acabar con el tirano y poner fin a la pesadilla comunista que se vive en aquel remoto y aislado país desde 1948, reunificando así la península coreana. En efecto, el reciente lanzamiento del misil Hwuasong-15, que cubrió una distancia de 960 kilómetros durante 50 minutos y alcanzó una altura de 4.500 kilómetros, superando en más de 10 veces la altura a la que orbita la Estación Espacial Internacional, es una provocación directa para alguien tan imprevisible como Donald Trump, a quien terminarán por obligarlo a desatar un conflicto militar. "Este misil tendría un alcance más que suficiente para llegar a Washington D.C. y, de hecho, a cualquier parte de la zona continental de EE.UU., escribió David Wright, codirector de la Unión de Científicos Comprometidos, en su blog All Things Nuclear. De momento ello ha originado el inicio de unas masivas maniobras conjuntas por parte de los EE.UU. y Corea del Sur, preparándose para un operativo militar contra Pyongyang, según sostiene el analista militar y editor jefe de la revista rusa Defensa Nacional, Ígor Korotchenko. Bajo la denominación 'Vigilant Ace', Washington y Seúl han emprendido este lunes las mayores maniobras aéreas conjuntas de su historia, en las que participan unos 230 aviones militares de ambos países. “Estos ejercicios deberían ser vistos como un ensayo para una posible operación de ataque contra objetivos clave de la infraestructura nuclear y posiciones de misiles balísticos norcoreanos. Por otro lado, es un gesto de intimidación dirigido contra el régimen de Kim Jong-un”, dijo Korotchenko en una entrevista a la agencia RIA Novosti. Además, de acuerdo con el diario The Washington Post, el operativo incluirá ataques simulados sobre objetivos falsos de misiles y armas nucleares del régimen de Pyongyang. La Séptima Fuerza Aérea de Estados Unidos envió aeronaves estratégicas, entre ellas seis jets invisibles F-22 y 18 F-35, para los ejercicios que tienen lugar cada año en la península coreana. Unos 12.000 soldados estadounidenses participan en las operaciones. Según algunos medios locales de prensa, bombarderos B-1B se sumarán a las maniobras, aunque diversos funcionarios no confirmaron esas versiones. El analista destaca que la presión de Washington y Seúl no tendrá el efecto esperado sobre Pyongyang, que no renunciará a sus políticas agresivas ya que de ello depende su existencia. "Creo que cualquier presión sobre Corea del Norte es inútil. Pyongyang bajo ningún pretexto accederá a desmantelar su programa nuclear y de misiles", aseveró Korotchenko, para quien Kim Jong-un en un acto de locura, podría responder al 'Vigilant Ace' con nuevos lanzamientos de misiles balísticos. Según el editor jefe de Defensa Nacional, la crisis en la península coreana podría resolverse a través del plan de congelamiento mutuo propuesto por Rusia y China, que contempla que EE.UU. y Corea del Sur suspendan sus ejercicios militares y Corea del Norte sus pruebas nucleares. "Esto podría ayudar al inicio de un diálogo político, pero en la actualidad es imposible que ello suceda ya que la situación es sumamente peligrosa debido a la posición intransigente y suicida de Pyongyang, ya que a pesar de todos sus esfuerzos, jamás será reconocida como una potencia nuclear por la comunidad internacional, que de manera unánime ha rechazado esa posibilidad", concluyó el experto. A su turno, el general H. R. McMaster, asesor de Seguridad Nacional del presidente estadounidense Donald Trump, advirtió que cada día aumenta la posibilidad de una guerra total entre EE.UU. y Corea del Norte. “Creo que la posibilidad de una respuesta militar masiva aumenta cada día, lo que significa que estamos en una carrera, una carrera a contratiempo para resolver este problema”, dijo McMaster durante un discurso en el Foro de Defensa Nacional Reagan en California (oeste de Estados Unidos), informo la cadena Fox News. Del mismo modo, el alto cargo militar recordó que con cada prueba nuclear y de misiles, Pyongyang consigue más experiencia y, sin importar si tiene éxito o no, se convierte en una amenaza más grande para Washington que debe ser detenida al más breve plazo. El alto funcionario señaló que el último lanzamiento de Pyongyang representa la mayor amenaza para el país, al quedar demostrada la capacidad de los misiles norcoreanos de alcanzar todo el territorio de EE.UU. "La mayor amenaza inmediata para Estados Unidos y para el mundo es la que representa el régimen represivo de Corea del Norte y sus continuos esfuerzos para desarrollar una capacidad nuclear de largo alcance", recalcó el consejero. Asimismo, pidió a China, país que tiene extensos lazos comerciales con Corea del Norte, ejercer presiones económicas y comerciales sobre ella para obligarle a abandonar o limitar sus programas nuclear y balístico. En específico, le pidió a las autoridades chinas que dejen de exportar petróleo a Corea del Norte para ejercer presión y, también, para negarle el combustible que necesita para la propulsión de sus misiles balísticos intercontinentales (ICBM, por sus siglas en inglés).“No le estamos pidiendo a China que nos haga un favor a nosotros o a otros. Le estamos pidiendo que actúe tomando en cuenta sus intereses y creemos que le beneficiaría hacer más al respecto No buscamos la guerra con Corea del Norte, pero si llega, se deberá a sus constantes actos de agresión. Si llega la guerra, el régimen norcoreano quedará completamente destruido”, aseveró McMaster. En el caso de un conflicto nuclear, la destrucción sería gigantesca y hay razones para pensar que Corea del Norte recurriría a todo lo que tiene a su alcance al verse atrapada y sin salida. El Instituto Johns Hopkins estimaba que si hubiera detonaciones nucleares en Seúl y Tokio morirían más de dos millones de personas y otros siete millones resultarían heridos, pero es el costo que hay que pagar para eliminarlo de una vez por todas ya que seria el único culpable de lo que sucediera. De otro lado, la autoridad de China, sostén económico de la dictadura norcoreana, está también en cuestión. Xi Jingping envió hace poco un emisario personal. Nada se supo de su gestión pero el misil de Kim demuestra que la presión de Pekín no le hace mella. Y eso irrita a los chinos porque ‘justifica’ la presencia militar de EEUU. en la región. Se hablo de la existencia de un plan alternativo ideado por los chinos para asesinar al tirano si la situación llegaba a un límite insostenible y reemplazarlo por un títere férreamente controlado por Pekín, pero fue desbaratado y los prochinos (que incluían entre otros conjurados, a su propia hermana, su cuñado, así como varios generales del ejercito) eliminados por medio de violentas purgas al estilo estalinista. Como consecuencia de ello, la influencia china en el régimen ha disminuido sustancialmente, volviéndose más peligroso que nunca. Es por ese motivo que cualquier hipótesis orientada a la guerra como medio para resolver el problema norcoreano es la mejor alternativa que permitirle que este genocida - que mata de hambre a su pueblo al extremo que deben comer hierbas para sobrevivir, mientras que el y la élite ‘comunista’ (?) se dan la gran vida - se salga otra vez con la suya. No cabe duda que el tiempo se le acaba para Kim Jong-un, quien no ha sabido aprovechar las oportunidades que se le han presentado para rebajar las tensiones, aceptando desnuclearizar su país, alejando así el fantasma de la guerra. Por el contrario, hace todo lo posible para agudizarlos, no solo con Japón y Corea del Sur, sino también con China y Rusia, a quienes mas les preocupa no la supervivencia de ese régimen criminal, sino el incremento de tropas estadounidenses en sus fronteras orientales so pretexto de ‘proteger’ a sus aliados del peligro norcoreano. Especialmente los chinos son sensibles en ese tema ya que lo consideran como ‘su área natural de influencia’ y están dispuestos a ir a la guerra contra los EE.UU. tal como lo hicieron en 1950 para defender sus intereses en Corea. Solo que en esta ocasión, ambas partes harían uso de su armamento nuclear. El Apocalipsis habrá comenzado ...
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