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miércoles, 15 de marzo de 2017

TURQUIA: La sombra de Erdogan

No cabe duda que el protagonista de la semana es este sátrapa oriental que prácticamente le ha declarado la ‘guerra’ a la Unión Europea en su indisimulado afán de querer eternizarse en el poder a como de lugar mediante la convocatoria de un referéndum el próximo 16 de abril para reformar la constitución que le permitiría quedarse en el cargo hasta el 2029. En un país con una oposición silenciada, medios de comunicación independientes inexistentes y un pueblo kurdo sometido a un genocidio planificado por parte del régimen que quiere ahogar en sangre sus ansias de libertad, es por lo demás lógico saber cuales serán los resultados de esa amañada consulta. Aun así, el tirano esta empeñado en realizarlo para ‘demostrar’ al mundo de que Turquía es una ‘democracia’ para lo cual no ha dudado en enviar a sus ministros a Europa a hacer campaña a favor del plebiscito para tratar de ‘convencer’ a los millones de turcos que viven en el continente a que voten a favor del si, algo que ha sido rechazado por los gobiernos de varios países como el alemán y el holandés, que lo ven como un grosero acto de intromisión a su soberanía, prohibiendo su participación en esos mítines e inclusive expulsando de Holanda a la ministra de Exteriores Mevlut Cavusoglu como una indocumentada mas, lo cual como podéis imaginar, desató la ira del despiadado dictador quien prometió venganza por esta ‘afrenta’. Como sabéis, desde que sofocara la intentona de golpe de Estado de julio del año pasado organizada por los EE.UU. para reemplazarlo por el traidor colaboracionista Fethullah Gulen, Erdogan aprovecho esa circunstancia para desatar una feroz represión no solo contra los elementos conspiradores sino de cualquier atisbo de oposición. En la peor tradición autoritaria, el autócrata (quien en su locura se cree la reencarnación de Soliman el Magnifico) se ha servido de la violencia extrema para acallar cualquier crítica que se le pudiera hacer. Solo en lo que respecta a la libertad de expresión ha cerrado 170 medios, ordenado el despido de 2.500 informadores y encarcelado a más de 700 periodistas. La acusación de ‘terrorista’ o ‘conspirador’ se han convertido en el estigma con el que el tirano está decretando la muerte civil de miles de sus compatriotas. No se libra ningún sector de su venganza, especialmente en la administración publica y las fuerzas armadas, los cuales han sido purgados en su totalidad, originando el arresto de miles de funcionarios y militares - incluyendo ministros, diplomáticos y generales - quienes fueron arrojados a las mazmorras de la policía secreta y sometidos a brutales torturas para que ‘confiesen’ su participación en el frustrado golpe. Muchos de ellos han ‘desaparecido’ desde entonces, en un país en el que ‘oficialmente’ no existe la pena de muerte, pero donde se practica con gran frecuencia. Paranoico como nadie, no cree ni en su propia sombra y ve conjuras por todas partes para ‘justificar’ el terror en que se vive en ese enloquecido país. La segunda ecuación de las bravuconadas autoritarias de Erdogan, tienen que ver con la Unión Europea, a la que ha amenazado con reabrir sus fronteras y llenar el continente de millones de ‘refugiados’ - entre los cuales se encuentran miles de terroristas de ISIS quienes huyen de los campos de batalla de Siria e Irak, listos para desatar una carnicería en tierra de los ‘cruzados’ - si Bruselas sigue cuestionando sus políticas internas y no desembolsa a su favor los 6.000 millones de euros prometidos para ‘contenerlos’. Con gestos como este, utilizando la extorsión para conseguir sus fines, el viejo anhelo de Erdogan de que Turquía forme parte algún día de las instituciones del viejo continente se ha esfumado irremediablemente y ha quedado demostrado fehacientemente que todos sus ofrecimientos de ‘libertad y democracia’ eran una completa farsa. Si bien Turquía es miembro de la OTAN, en el caso de la guerra de agresión a Siria ha tenido una agenda propia. Más allá de la compra del petróleo contrabandeado por ISIS, se hizo de la vista gorda en su frontera con Siria por la que entraban armas, dinero, pertrechos y mercenarios extranjeros. Hoy todo eso ha cambiado con la intervención rusa, quienes con sus bombardeos quirúrgicos más el avance en tierra del ejército sirio, han pulverizado el ilusorio califato de ISIS, que se bate en retirada, huyendo del justo castigo que se merecen por sus abominables crímenes. Aún así, Erdogan pretende marcar territorio y erigirse en una potencia regional frente al Irán chiíta, su gran enemigo, para lo cual no ha dudado en aliarse tanto con la corrupta petromonarquia saudita - que asesina con impunidad a los yemeníes - como con los criminales sionistas, que masacran a su vez a los palestinos. Sus supuestas intervenciones militares en Siria ‘contra’ ISIS en realidad han estado enfocadas en atacar posiciones de la guerrilla kurda de aquel país (YPG: Unidad de Protección del Pueblo), por miedo a que sus éxitos en Siria pudieran dar impulso a un Kurdistán independiente, subyugados desde los oscuros tiempos del imperio otomano donde al igual que los armenios, fueron sometidos a continuas masacres, pero ni aun así, a pesar de estos terribles sufrimientos que tuvieron que pasar, renunciaron a tener su propio Estado. Con la derrota de ISIS, Erdogan se ha acercado ‘tácticamente’ a Rusia para tratar el destino de Siria, con la premisa de que no se le debe dar ninguna ventaja a los kurdos en este nuevo escenario, ya que los considera sus encarnizados enemigos. Y es que ellos siempre han sido su permanente dolor de cabeza. En efecto, para desesperación del tirano, a pesar de los indiscriminados bombardeos durante años por parte del ejército turco del Kurdistán ocupado, con cientos de pueblos destruidos y miles de muertos pudriéndose en las calles - contando para ello con la complicidad de Occidente que silencia sus crímenes por tratarse de ‘un socio de la OTAN’ - la resistencia sigue firme en su lucha por obtener su independencia, aquella que las grandes potencias le ofrecieron al final de la I Guerra Mundial, pero que terminó siendo un engaño. Establecidos en sus territorios ancestrales - en su mayor parte ocupado actualmente por los turcos - el pueblo kurdo espera un día reunificarse para ser un Estado. Empecinado en exterminarlos, Erdogan no ha podido doblegarlos y ahora ve con impotencia como resurge su deseo de verse por fin libres. A su guerra de agresión en Siria dirigida contra los kurdos, se suma su decisión de restaurar las fronteras originales del imperio otomano con el como ‘sultán’ y para ello es imprescindible que el referéndum que le otorgaría ‘legalmente’ poderes omnímodos, sea aprobado por una aplastante mayoría, sea mediante el fraude, el chantaje y el miedo, sin importarle si con ello deteriore irremediablemente las relaciones con sus ‘socios’ de la OTAN, al punto de llegar a una abierta ruptura. El poder lo es todo para Erdogan y para conseguirlo bien vale hacer uso de todo lo inimaginable, incluyendo a los millones de turcos que viven en el continente como ‘quintacolumnistas’ Estos recientes acontecimientos demuestran el peligro de seguir manteniéndolos dentro de las fronteras de Europa, por lo que seria conveniente colocar al Islam fuera de la ley, derribar sus mezquitas y expulsarlos en masa tal como lo aconsejo el líder nacionalista holandés Geert Wilders, ya que al igual que los ‘refugiados’ - comandos asesinos de ISIS - son un riesgo para nuestra existencia. “Hay que echarlos a todos. Si es necesario tenemos que utilizar al ejército para lograrlo. El gobierno turco no deja de amenazarnos con represalias por impedir que hagan proselitismo en nuestras ciudades ¿y así quieren ser europeos? A pesar de todos sus esfuerzos para querer ser aceptado, Turquía nunca será parte de Europa” expresó con firmeza en su mitin de cierre de campaña de unas elecciones que se celebran hoy en Holanda donde va como favorito. Y no le falta razón. Cual una sombra maligna, Erdogan amenaza a todo el continente y ello no se debe permitir. Hay que enfrentarlo con firmeza y hacer que pague por sus crímenes. No hay tiempo que perder :)
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